La baraja española y Heraclio Fournier

Los naipes usados en los juegos de cartas son un objeto de estudio realmente complicado de abarcar.

Su forma de uso provoca un gran desgaste de las barajas y los materiales utilizados para manufacturar los naipes eran muy frágiles, por lo que dejan muy poco rastro para los historiadores.

Las muestras más antiguas que se conocen en Europa datan del siglo XIII, pero muchas teorías apuntan a un origen asiático. Los parámetros más básicos de todo juego de cartas, los palos, es probable que surgieran en China alrededor del siglo X.

La llegada de los naipes a Europa se atribuye a mercaderes y colectivos trashumantes. En España, la vía de entrada fueron los reinos musulmanes del Norte de África, que llevaban varios siglos de ocupación en la Península.

De ahí la diferencia entre la baraja española, con motivos evolucionados a partir de los árabes -oros, copas, espadas y bastos-, y la francesa -con sus picas, tréboles, diamantes y corazones-.

Sin duda, el fabricante de barajas españolas más universalmente conocido es Heraclio Fournier.

Este burgalés fue heredero de una amplia tradición de maestros en litografía. Sus antepasados franceses fueron artífices de avances tan señalados como la unificación de las medidas de fundición de tipos.

Los aires revolucionaros que se vivián en Francia en el último cuarto del siglo XVIII provocaron el autoexilio de François Fournier, que se afincó en España, más concretamente en la ciudad de Burgos.

Heraclio, nacido en 1849, era nieto de este impresor galo. Su padre, Lázaro Fournier heredó el oficio y el se lo inculco a sus hijos. Heraclio tenía tres hermanos, y juntos se trasladaron a París para ponerse al día en las últimas técnicas litográficas y para comprar maquinaria, con la que dotaron la fábrica familiar bajo la sociedad “Fournier Hermanos”.

Dos de los cuatro hermanos Fournier se trasladaron a Valladolid para ampliar el negocio. Por aquella época, la reina Isabel II les otorgó el reconocimiento de “litógrafos oficiales de la Casa Real”.

Con solo 19 años de edad, el joven Heraclio acepta el encargo de expandir la empresa y abrir una nueva fabrica en Vitoria, la capital alavesa. Es en este local histórico donde Heraclio, con su máquina Minerva, imprime su primera baraja española.

En 1877, Heraclio les encargó al profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria, Emilio Soubrier, y al pintor vitoriano Díaz de Olano, un diseño de ambiente medieval al que bautizó como baraja nº 1.

Esa baraja fue la que ganó la medalla de bronce en la Exposición Universal de París de 1889. Este reconocimiento internacional fue el último empujón que necesitaba la marca para asentarse en el mercado nacional. Ese mismo año, el pintor Augusto Rius diseña la última evolución de la baraja nº 1, el mismo imaginario que siguen imprimiendo a día de hoy en la factoría alavesa.

Heraclio Fournier falleció en 1916. En aquella época, a falta de hijos varones, la fábrica pasó a manos de su nieto Félix Alfaro. Bajo su dirección, los naipes Fournier se convirtieron en el líder absoluto a nivel nacional.

Todos los casinos y casas de juego del territorio nacional usaban sus barajas, que también muchos recordarán que se convirtieron en un reclamo comercial de primer orden. Todas las familias españolas, sin excepción, han dedicado alguna tarde lluviosa a jugar con los naipes Fournier con el dorso estampado con alguna marca de bebida o el logotipo de un banco.

La crisis del petróleo de los años setenta coincidió con una fuerte inversión para renovar la maquinaria de la fábrica, y la empresa sufrió un quebranto económico del que no acabó del todo de remontar hasta su venta en 1986 a un consorcio recién creado para agrupar a los principales fabricantes de Estados Unidos, The United States Playing Card Company. Esta multinacional aportó fondos para trasladar la fabricación a un nuevo recinto.

El consorcio Newells Brand adquirió el conjunto de empresas en 2016, cuando estas producían en conjunto el 35% de los naipes del mundo.
El plan de negocio de Newell Brands no acabó de asentarse, o desde el principio utilizó los activos para especular. En 2019 apareció comprador, la empresa belga Cartamundi, que es la actual gestora de la fábrica de Fournier.

En 2020, la marca Heraclio Fournier cumple 150 años. Sigue manteniendo un prestigio internacional intachable, que le granjea la confianza de empresas y eventos tales como el circuito European Poker Tour de torneos de poker, que le otorgó el estatus de proveedor oficial el pasado 25 de febrero.

(Imágenes de Brandstocker y nhfournier.es)

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